Sonrían…digan whisky

Una segunda fotografía nos hemos sacado los uruguayos. La primera fue en 2002. En respuesta a la ausencia de estudios y a la demanda de conocimientos, surge el Observatorio Universitario de Políticas Culturales 1 cuyo objetivo general es la creación de un sistema de información dirigido a organismos públicos y privados, así como también a gestores, empresarios, artistas y medios de comunicación. A partir del  Primer Informe  publicado en 2003, el Observatorio cuenta con información confiable desde la cual pudimos conocer cómo, cuándo, dónde y qué consumimos culturalmente los uruguayos. Un aspecto innovador en este Informe fue incorporar el estudio del imaginario colectivo respondiendo al interés del equipo en focalizarse en los consumos, y a la vez conocer en qué  tipo de sociedad se vive, cuáles son sus creencias y sensibilidades,  cómo se construyen sus imaginarios.
 
En esta oportunidad y en el año de la conmemoración del bicentenario, el Observatorio Universitario de Políticas Culturales presenta datos parciales, solo nacionales, del "Segundo Informe sobre Imaginarios y Consumo Cultural en Uruguay, 2009"2.  Hoy estamos en condiciones de dar  a conocer una serie de datos que nos permiten  mostrar cómo nos imaginamos, nos pensamos, nos percibimos los uruguayos. ¿Cuál es la imagen que tenemos de nosotros mismos? Dar a conocer los hábitos y prácticas culturales, qué es lo que nos gusta,  y  qué consumimos. 
 
De forma gradual y no sin dificultades, la aparición del Observatorio  ha logrado sensibilizar a las autoridades gubernamentales que comienzan a reconocer la utilidad de la información y su aplicabilidad en el diseño de políticas culturales. Asimismo,  los empresarios, gestores, artistas y medios de comunicación se nutren también de los resultados. Uruguay hoy cuenta con información fidedigna que permite evaluar resultados, proponer estrategias y pensar políticas. Se trata de mirar hacia delante y para ello atender a la cultura parece ser medular.
 
 

¿Cómo nos vemos?

En la encuesta de 2009 se realizaron una serie de preguntas a partir de las cuales surgieron  respuestas que permitieron conocer  opiniones que la población tiene sobre sí misma y sobre el conjunto de la sociedad. 

 
Como lo indica el Gráfico Nº 1, los porcentajes más altos hacen referencia  a las dificultades que los uruguayos tenemos para cambiar. Ocho de cada diez uruguayos consideran que tenemos dificultades. En mayoría, el 84% de los hombres y el 90,6% de las mujeres. Todas las edades muestran alto acuerdo, no obstante son levemente más bajos en  los mayores de 60 años. A menor nivel educativo el acuerdo baja y se distancia en 10 puntos porcentuales con el nivel secundario y terciario. La variable educativa influye en esta opinión más definidamente que en las otras. A   mayores ingresos  aumenta el  acuerdo en que “a los uruguayos nos cuesta cambiar”. 
 
Sin embargo, esta dificultad no nos lleva a ser una sociedad descreída o indiferente al futuro del país. Por el contrario, ocho de cada diez uruguayos consideraron que Uruguay sí tiene futuro. Las personas jóvenes (16 a 29 años) en un 81% exhiben los más altos porcentajes. Las mujeres muestran un acuerdo levemente superior a los hombres. Y a mayor nivel educativo y de ingresos aumenta la esperanza en el futuro del país.  
 
Nos mostramos autocríticos al momento de asumir que somos una sociedad en extremo quejosa (siete de cada diez). Las mujeres, levemente más críticas que los hombres. En las edades más jóvenes (82%) y siendo las personas con educación secundaria, quienes más lo manifestaron. A mayores ingresos aumenta el acuerdo con esta afirmación. 
 
Los uruguayos nos consideramos una sociedad solidaria. Más de las tres cuartas partes de la población encuestada así lo estima. Los mayores porcentajes de acuerdo se concentran en los sectores de menores recursos educativos y económicos, las personas  mayores de 60 años y en número mayor las mujeres. En contraste: los sectores que poseen mayor nivel educativo, altos ingresos y pertenecen a los tramos de edad más jóvenes manifiestan un mayor desacuerdo con esta afirmación, lo que nos advierte de movimientos en el imaginario.
 
Las opiniones dan a entender que el imaginario de los uruguayos está cambiando. Al hecho de que existan sectores  que comienzan a percibir a la sociedad uruguaya menos solidaria, se le suma que cinco de cada diez entrevistados consideran que somos racistas. Las mujeres se muestran más críticas que los hombres al sostener  que “los uruguayos somos racistas” en un 56,9%. En los hombres las opiniones están divididas, el  46,6% está de acuerdo y el 46,9% en desacuerdo  con esta afirmación. Las personas más jóvenes así lo entienden, las de nivel educativo secundario y mayores ingresos. 
 
En relación a la creencia de que “la viveza criolla es útil”, los acuerdos son más masculinos que femeninos. Son las personas más jóvenes, de menor nivel educativo y menores recursos económicos que así lo consideran. Esto nos lleva a afirmar que son la condición socioeconómica y la educativa las que determina la opinión y nos plantea la duda de si realmente estamos ante una creencia, o expresa una realidad que viven en Uruguay importantes sectores. 
 
Un mito que está muy arraigado en la sociedad es el de que “con la 'garra charrúa' saldremos adelante”. Sin embargo, se advierten cambios en base a los datos surgidos en esta encuesta, que indicarían que este mito esencialmente futbolístico y masculino estaría siendo absorbido por mujeres que lo asocian al esfuerzo personal, a esa especie de garra que implica salir adelante. Es así como son ellas que muestran en un 44,3% su acuerdo, un 39,3% su desacuerdo, y un 11,8% no sabe /no responde. En contraste con los hombres, que en un 53,7% afirma estar en desacuerdo “que con la ‘garra charrúa’ saldremos adelante”.  A nivel nacional son las mujeres que superan los 60 años, de bajo nivel educativo y bajos ingresos que sí consideran la validez  de la “garra charrúa”. Lo cual podría estar confirmando que el tema del esfuerzo personal no se explicaría solo por las condiciones socioeconómicas sino también por las de género. 
 
 

El Plan Ceibal y su aceptación 

En el Informe se solicitó a los entrevistados opiniones referidas al Plan Ceibal3. Se buscó conocer qué tan abiertos nos mostrábamos los uruguayos ante los cambios tecnológicos y de índole cultural que este Plan ofrecía a la sociedad.
 
 
En mayoría, hombres y mujeres tal como lo indica el Gráfico Nº 2 consideran que el Plan Ceibal “mejora el futuro de los niños” y “los pone en contacto con el mundo”. Solo uno de cada diez hombres y de igual forma la mujeres casi coincidieron en que “le hace perder el tiempo” y “no les cambia nada” en sus vidas. 
 
Más de un tercio de hombres y mujeres respectivamente, consideró que este Plan pone al niño en contacto con información perjudicial. Lo mismo cabe señalar, que tanto hombres como mujeres, tienen una postura crítica y cautelosa referente a lo perjudicial que puede resultar el Plan Ceibal. Posiblemente se deba a la falta de información o a una actitud preventiva ante lo  desconocido. 
 
De todos modos el Plan Ceibal recoge amplia aceptación, que se confirma cuando al entrevistado se le pregunta “¿Usted está de acuerdo o en desacuerdo en  que se gaste dinero público en el Plan Ceibal?”. 
 
 
Como indica el Gráfico Nº 3 el acuerdo es elevado en hombres y mujeres. Por tramos de edad, son las intermedias (entre 30 y 59 años) que más están de acuerdo. A mayor nivel educativo y a mayores ingresos el acuerdo aumenta. 
 
Existe un expreso apoyo por parte de la población nacional a la educación. A su vez, la aceptación nos indica,  que si bien somos una sociedad que tiene dificultades para el cambio, cuando se trata de tecnología, y si además ésta se vuelca a la formación de nuestros niños y jóvenes, nos mostramos receptivos y damos lugar a las  transformaciones. 
 
 

¿Qué consumimos? 

La encuesta realizada en  2009 tuvo dos propósitos: por un lado, conocer la percepción que los uruguayos teníamos de nosotros mismos  como sociedad y conocer qué consumimos en términos culturales. 
 
A continuación se presenta el Gráfico que sintetiza algunos de los consumos estudiados.4
 
 
De acuerdo a lo observado en el Gráfico Nº4, el consumo que más ejercitan los uruguayos es mirar televisión, siendo nueve de cada diez en tal práctica, empleando entre una y cinco horas diarias. Es a señalar que el mayor uso que los uruguayos hacen del tiempo libre consiste también en mirar televisión.  Prácticamente no hay diferencia por edad; sin embargo las distancias se establecen en relación a la variable educativa. Quienes tienen nivel terciario y mayores ingresos miran menos televisión que el resto. Los programas de televisión preferidos son: informativos,  películas,  telenovelas,  deportivos.  
 
Escuchar radio es una práctica preferentemente de las personas mayores de 60 años, de bajo nivel educativo y menores ingresos. Los programas de radio que recibieron los más altos porcentajes de preferencia son: musicales e  informativos. Cabe señalar que tres de cada diez uruguayos escuchan radio en su tiempo libre. 
 
El uso de Internet es esencialmente de los jóvenes; a mayor edad su empleo decrece y menos se conoce qué es Internet. Es una práctica más masculina que femenina, de quienes poseen elevado nivel educativo e ingresos mayores. Internet se usa con preferencia en la casa, en el trabajo y en lugares de estudio.  Existe un mayor uso por parte de la población para comunicarse con familiares y/o amigos, para buscar información específica, trabajar y estudiar. 
 
La lectura es una práctica cultural eminentemente femenina, de las edades intermedias y de mayor nivel educativo. De igual forma sucede con los ingresos. Los estilos de lectura preferidos en mayores porcentajes fueron: novelas/cuentos, ensayo/estudios, biografías y poesía. 
 
Ir al cine es una de las prácticas culturales más equitativas por sexo. Los jóvenes son quienes asisten con mayor frecuencia. A mayor nivel educativo y a mayores ingresos, se concurre más al cine. Las preferencias pasaron por filmes de acción, comedias y de amor/sentimental. La mitad de la población ha visto cine nacional por televisión; 38,4% en DVD o CD; el 21% en salas de cine, y el 2,5% lo ha visto por Internet. Las mujeres son las que se muestran más receptivas a ver cine  nacional y las que más han acudido yendo al cine.
 
Con respecto a la lectura de diarios, los hombres leen con mayor asiduidad que las mujeres, declarando una frecuencia diaria. En ellas es más corriente la lectura del diario solo los domingos. Los correspondientes a edades intermedias (entre 30 y 59 años) leen más que el resto de los tramos. A mayor nivel educativo y a mayores ingresos los porcentajes de lectura de diarios aumentan.  
 
La asistencia a museos y/o exposiciones de arte es un consumo bastante similar entre los sexos. Son las personas de edad intermedia, aquellas que poseen mayor nivel educativo y mayores ingresos las que realizan  este tipo de salida cultural. 
 
La asistencia a espectáculos de carnaval es más masculina que femenina. Es un consumo cultural esencialmente de los jóvenes. Más de la mitad que transitan edades jóvenes fueron a un espectáculo de carnaval en el último año. De acuerdo al nivel educativo, son los que poseen secundaria y los de ingresos medios que más han asistido.
 
Existe una mayor concurrencia de mujeres a ver espectáculos de danza. Las edades más jóvenes e intermedias asisten más que los mayores de 60 años. A mayor nivel educativo la asistencia aumenta. Y en los ingresos se observan leves diferencias que muestran una concurrencia superior en los ingresos más altos. 
 
Ir al teatro es una práctica más femenina que masculina, en las edades intermedias y jóvenes;  y a mayor nivel educativo y mayores ingresos, se produce el  incremento. 
 
La asistencia a bibliotecas es una práctica más femenina que masculina y en las edades más jóvenes. La variable educativa es la que define: a mayor nivel más se concurre. Y de igual forma inciden los ingresos. 
 
 

Gustos musicales

Por último, analizaremos el consumo de música.  A los efectos de facilitar la lectura del Gráfico se agruparon los géneros musicales en orden de preferencia  y se analizan los perfiles de quienes los eligieron. 
 
 
Por sexo: un 35% de las mujeres manifiesta su preferencia por el folclore5 y la música melódica. Luego siguen en menores porcentajes, cumbia, rock, música popular y tango. Los hombres en un 40% prefieren el folclore, luego en menor porcentaje se ubican  el rock, la cumbia, música popular. Una cuarta parte elige melódica, y un 20% respectivamente, menciona la  música clásica y el tango. 
 
Por edad: los jóvenes prefieren rock en más del 50% y en un 46,6%, la cumbia. En porcentajes del 20% prefieren la música melódica,  folclore y tropical.
Las edades intermedias manifiestan un mayor gusto en casi un  tercio por el folclore y la música  melódica. Luego,   más del 20% elige música popular y cumbia. En edades mayores a 60 años tienen una marcada  preferencia por el folclore (59%); más de la mitad elige tango, y en menores porcentajes,  música clásica,  música popular y melódica. 
 
Por nivel educativo: la mitad con nivel terciario prefiere en primer lugar el rock; en porcentajes menores elige folclore, música popular, melódica, brasileña y jazz.  Las personas que poseen nivel secundario eligen en primer lugar folclore superando la tercera parte. Luego optan por la cumbia, rock y melódica en más de un 30% respectivamente. Siguen la música popular,  clásica y  tropical en un 20% respectivamente.  Más de la mitad con nivel de Primaria, jerarquiza el folclore; cuatro de cada diez el tango; la tercera parte la cumbia, y en porcentajes menores, melódica y popular. 

 

Fiestas y patrimonio

En la encuesta de 2009 se formularon preguntas que tuvieron por objetivo conocer la asistencia de los uruguayos a las fiestas que se realizan en el país y qué opiniones merecían la preservación y valoración de nuestro patrimonio natural y cultural. 
 
                                                      
Como lo indica el Gráfico Nº 6, la mayor asistencia de hombres y mujeres es a las Criollas del Parque Roosevelt, a la Rural del Prado y a las Criollas que se realizan en el interior del país. Los hombres concurrieron más que las mujeres en el último año. Luego se menciona el Día del Patrimonio, y en tercer lugar las termas, donde la asistencia femenina es levemente superior. En menores porcentajes: la Semana de la Cerveza, la Fiesta del Olimar, el Festival de Durazno y la Patria Gaucha.  En estas últimas se observa una asistencia levemente superior de hombres.  
 
 
 
El Gráfico Nº 7 indica que los uruguayos valoramos nuestro patrimonio. Existe un elevado acuerdo en que los bañados de Rocha deben ser preservados.  Sin embargo cuando nos referimos a que las playas son  nuestro principal patrimonio, el acuerdo  baja  y son cuatro de cada diez hombres y de igual forma las mujeres que están de acuerdo. Evidentemente los uruguayos no acordamos con esta afirmación, no obstante, no nos debe llevar a considerar que no valoramos nuestras playas sino que no las consideramos nuestro principal patrimonio. Con respecto a las grandes obras de arquitectura e ingeniería, seis de cada diez hombres  y de igual forma las mujeres consideran que definitivamente no son valoradas en el país. Los uruguayos mostramos tener conciencia ecológica y  reconocimiento  hacia nuestro patrimonio natural y cultural.  

 

Algunas apreciaciones

Esta información  resulta ser  fermental  y permite debatir e intercambiar con docentes y estudiantes, atendiendo a cuáles son la razones, en qué condiciones, e insertos en qué  realidades cada individuo consume. De esta forma se trata de pensar el consumo -no solo y comúnmente como se hace-, desde una racionalidad estructural y económica, sino analizarlo desde  las múltiples  dimensiones que conlleva el acto de consumir, partiendo del aserto que el consumidor es un sujeto activo, modificable y modificador en sus  prácticas culturales. 
 
Uruguay  mantiene su heterogeneidad,  y a la vez  se presenta con mayores contrastes que dan lugar a la convivencia de “enclaves culturales y de consumo”. Un colectivo que parece estar en un juego permanente de mentalidades entre lo tradicional y lo cibernético, abierto a las innovaciones, donde lo local /global interactúa permanentemente. Donde los actores sociales tienen un mayor protagonismo, que se manifiesta en el incremento, en tanto participación como consumidores, pero al tiempo como ciudadanos, al manifestar opiniones y pronunciarse cuando no se tiene posición o no se quiere expresarla.6 
 
Este artículo ha focalizado su interés en aquellos datos que consideramos ofrecen signos inequívocos que el país está cambiando y  nos lleva a augurar posibles transformaciones  en curso que advierten de movimientos culturales de relevancia. 
 

Anexo metodológico7

1. Encuesta Nacional
 
Universo: El universo de la investigación fue la población mayor de 16 años, residente en ciudades de más de 5.000 habitantes en todo el país.
 
Técnica de relevamiento de datos: Aplicación de un cuestionario estructurado de orden personal a efectuarse en el hogar de los encuestados, con una duración aproximada de media hora. El cuestionario contó con 105 preguntas. Fue diseñado en base al utilizado en la medición 2002 realizándole ajustes y agregando 16 nuevas variables.
 
Marco muestral: El marco muestral  se elaboró con los datos de la Fase I del Censo de Población, Hogares y Viviendas 2004.
 
Tamaño de la muestra: Se aplicó el mismo diseño muestral realizado para la medición del año 2002. Para la determinación del tamaño de la muestra se trabajó con un nivel de confianza de 0,95 y un margen de error de 2,5%. Esto llevó a determinar para Montevideo una muestra de 1.482 casos y para el resto del país, en ciudades de más de 5.000 habitantes, 1.939 casos. 
 
Método de muestreo: Muestreo por conglomerado trietápico con estratificación de las unidades de primera etapa. 
 
Unidad de muestreo: La unidad de muestreo en la primera etapa es el segmento censal que corresponde a un conjunto delimitado de manzanas en áreas urbanas. La unidad de muestreo en la segunda etapa corresponde a la vivienda y en la tercera etapa a la persona.
 
Procedimiento: Para la selección de la vivienda, se empleó una selección sistemática con punto de arranque aleatorio e intervalo constante igual a la inversa de la fracción de muestreo. La selección de las personas dentro de la vivienda se realizó de manera aleatoria simple.
 
Control de calidad: Se supervisó el 10% de los formularios por parte del equipo de coordinación de campo, y para el 100%, se estableció un proceso de revisión y codificación antes de ser digitalizados.
 
Trabajo de campo: Fue realizado entre el 2 de febrero y el 30 de abril de 2009. 17 Trabajaron: 3 coordinadores regionales, 1 jefe de campo, 1 supervisor y 71 encuestadores en todo el país. 
 
Las 47 ciudades y localidades seleccionadas donde se realizó el trabajo de campo, se presentan a continuación:
 
 

·         La división de Montevideo en tres zonas

Al igual que en 2002, a efectos de agrupar y presentar resultados, se dividió el departamento en tres zonas: Zona 1, Zona 2 y Zona 3, con representatividad cada una de ellas de acuerdo a la muestra planteada.
 
Los criterios de regionalización que se utilizaron fueron dos: el primero tuvo en cuenta el estudio realizado, clasificando los CCZ en tres categorías socioeconómicas. En el segundo, que sirvió como ajuste, se incorporó la proximidad geográfica de los CCZ. En un solo caso el CCZ 8, se subdividió en dos sectores utilizando como eje Avda. Italia, que divide a la zona en dos áreas diferentes.
 
La Zona 1 se caracteriza por concentrar los mayores porcentajes de hogares con niveles de ingresos altos y habitantes con estudios terciarios. La Zona 2 presenta situaciones intermedias, y la 3 cuenta con los mayores porcentajes de hogares con ingresos bajos, así como los mayores porcentajes de personas con nivel de Primaria o sin èl, y menor porcentaje de personas con estudios terciarios.
 
 

Algunas consideraciones sobre el informe presentado

A efectos de este informe, y delimitar su presentación, se presentan solo resultados nacionales, no se desagrega la información por Montevideo e interior, y las variables que se manejan en el análisis son las siguientes:
 
Sexo: Masculino, Femenino.
 
Edad: 16 a 29 años (jóvenes); 30 a 59 años (edades intermedias), y a partir de 60 años en adelante.
 
Nivel de estudios8: Primaria, Secundaria, Terciario.
 
Nivel de ingresos mensuales del hogar del encuestado9:- Bajo: menos de $10.000 -Medio: entre $10.001 y  20.000 - Alto: superior a $20.001.
 

Fuente foto de portada

  • 1. El Observatorio Universitario de Políticas Culturales está radicado en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, UDELAR.
  • 2. Los datos analizados surgen de una encuesta, realizada en febrero y abril de 2009, cuya muestra contó con un nivel de confianza de 0,95 y un margen de error de 2,5%. Lo que llevó a determinar para Montevideo una muestra de 1.482 casos y para el resto del país, en ciudades de más de 5.000 habitantes, 1.939 casos. Por falta de espacio, la información no se presenta desagregada en Montevideo e interior, ni por departamentos y se trabaja en base a las variables: sexo, edad, nivel de estudios e ingresos  que se incorporan en el análisis. Para profundizar y conocer la información más detallada se recomienda consultar la publicación Imaginarios y Consumo Cultural. Segundo Informe Nacional sobre Consumo y Comportamiento Cultural. Uruguay 2009. Dominzain, Susana; Rapetti, Sandra; Radakovich, Rosario. MEC, FHCE, Centro Cultural de España (CCE), Montevideo.
  • 3. Es a señalar que al momento de ser realizada esta encuesta, entre febrero y abril de 2009, el Plan Ceibal aún no se había implementado en Montevideo y el interior daba los primeros pasos en su aplicación, excepto en Florida que fue pionera en esta materia.
  • 4. No es posible en este artículo detallar cada uno de los consumos estudiados. Para ello se recomienda consultar la publicación antes mencionada.
  • 5. Es a señalar que cuando se hacía referencia a folclore se mencionaba, en lo nacional, por ejemplo a Los Olimareños, etc. y en la música popular a Jaime Roos, Rubén Rada etc.
  • 6. Dominzain, Susana. (2009) Una nueva fotografía en  Imaginarios y Consumo Cultural. Segundo Informe Nacional sobre Consumo y Comportamiento Cultural. Uruguay 2009. Dominzain, Susana, Rapetti, Sandra; Radakovich, Rosario MEC, FHCE, Centro Cultural de España (CCE), Montevideo.
  • 7. La información referida a la metodología fue extraída de los informes  presentados por los responsables del diseño de la muestra del Dpto. de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales (Alberto Riella y Pablo Hein) y por el jefe del trabajo de campo, Ruy Blanco.
  • 8. Al encuestado se le preguntó: ¿Cuál es el nivel más alto de estudios que usted alcanzó? La información recogida se presenta considerando: - Primaria: Sin instrucción, Primaria incompleta, Primaria completa. – Secundaria: Secundaria o UTU, Primer Ciclo completo o incompleto, Secundaria o UTU Segundo Ciclo completo o incompleto. – Terciario: Universidad completa o incompleta; estudios: policiales, militares, magisterio, profesorado, posgrados, maestrías, doctorados.
  • 9. Categorización tomada de la edición 2002 del presente proyecto.
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